CURSO DE NEUROMEDITACIÓN (Nivel 1)

Lección 1: Algunas preguntas iniciales

UNA PRIMERA APROXIMACIÓN

 

Cuando una persona se acerca a la meditación, inmediatamente pueden surgir preguntas como éstas: “¿Qué es meditar, o qué es la meditación?”; “¿Cómo se medita?”; “¿Para qué meditar?” Y ninguna de ellas tiene respuestas simples.

Una primera aproximación nos ayuda a exponer la dinámica del curso. Tal y como la entiendo yo, podemos describir la meditación como un proceso que tiene cuatro grados, o como un camino que se compone de cuatro fases. Cada uno de estos grados o fases va a corresponder con uno de los cuatro cursos o niveles de que consta el CURSO DE NEUROMEDITACIÓN. Y en todos ellos se podrán encontrar explicaciones teóricas y propuestas de trabajo personal, para practicar y entrenar. De entrada dejo algo claro: no se puede aprender a meditar sin meditar todos, o casi todos, los días. Esto no quita que meditar de vez en cuando sea beneficioso. Pero sería una herramienta más, un instrumento como cualquier otro de los que nos servimos cotidianamente.

Así, la “gran propuesta” del Curso de Neuromeditación es la de entrenar…

QUÉ ES MEDITAR

En estas primeras líneas, al hablar de meditación y también de Neuromeditación, ya hemos introducido algo relacionado con la primera de las preguntas planteadas. Daré una respuesta más amplia al detenerme a explicar qué es meditar y qué no lo es. Y ahora puedo apuntar que la Neuromeditación es un método para meditar. Es, por eso, una forma, entre otras, de meditar. Su peculiaridad es que integra las enseñanzas milenarias y la Tradición, con los nuevos conocimientos proporcionados por la Neurobiología. De esta manera, la Neuromeditación nos proporciona un método más efectivo, explicado en términos de la cultura occidental y a través del lenguaje científico. Con la Neuromeditación, entonces, aunamos espiritualidad y ciencia, dos ámbitos que se retroalimentan.

CÓMO SE MEDITA

Y, dado que la Neuromeditación es un método de meditación, con esta afirmación estoy implícitamente señalando hacia un “cómo”. “Cómo se medita” era otra de las preguntas que nos estábamos pudiendo hacer. Hay muchas y diversas formas de meditar. Algunas son milenarias, otras más recientes; y algunas bastante novedosas. Pero no sólo podemos decir que no todo a lo que llamamos meditación lo es (como explicaré más adelante), sino que no todos los métodos son igual de eficaces, ni de eficientes. No da lo mismo meditar de una forma u otra. Mi propuesta es la de la Neuromeditación, por las ventajas que encierra y que, también detallaré en su momento. Baste en este instante con decir que la Neuromeditación es un ejercicio del espíritu que se compone de varios modelos principales de entrenamiento o trabajo personal. Uno de esos modelos es la Neuromeditación en 5 pasos. ¿Cómo se medita, entonces, con la Neuromeditación? Se trata de recorrer lo que he denominado los “Universales de la meditación”. Son cinco pasos que se pueden encontrar en todos los métodos de meditación principales. Y son:

1. La postura del cuerpo.

2. La respiración consciente.

3. La liberación psico-física.

4. La quietud.

5. La contemplación.

PARA QUÉ MEDITAR

Los Universales de la meditación ya nos han dado una pista que nos permite dar una respuesta sencilla a la última de las preguntas que nos hacíamos: ¿para qué meditar? Toda verdadera meditación tiene como finalidad alcanzar el paso o la etapa de la contemplación. Nos detendremos en su momento a decir algo acerca de la contemplación. Pero, ahora, recalco con otras palabras lo que acabo de decir: si, al meditar, no estamos pretendiendo alcanzar la contemplación, yo diría que no estamos meditando. Estaremos haciendo algo parecido, seguramente beneficioso, pero no es estrictamente meditación.

 

 

UNA APROXIMACIÓN METAFÓRICA

Al asomarnos al mundo de la meditación, como estamos haciendo, las respuestas no pueden ser muy completas. Ofrecer muchos datos y amplias descripciones no tendría mucho sentido al comenzar precisamente por eso, porque muchas de las cosas de las que hablaríamos no tienen significado, no tienen sentido, para quien no ha accedido a un mínimo de las experiencias a las que acceden los principiantes. Y mucho menos sentido y significado tienen las descripciones de las experiencias a las que acceden los avanzados (o los que ya “aprovechan” la meditación).

Por esta razón, podemos aproximarnos a la meditación desde una metáfora. Y podemos decir que la meditación es como una botella… [Puedes ver el siguiente vídeo grabado en uno de mis talleres presenciales sobre la metáfora de la meditación como una botella.]

 

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